El promotor de un enorme terreno residencial encargó el diseño de un edificio showroom para promocionar las ventas de viviendas.

Debía incluir un gran espacio donde exhibir maquetas del complejo residencial y persuadir a los potenciales clientes.

Este edificio tenía que poder convertirse en un pequeño centro comercial una vez finalizadas todas las ventas.

El calendario para la presentación del diseño era muy ajustado y requería gran eficiencia y determinación. El diseño es el resultado de seguir pasos lógicos hacia una solución óptima del contexto y los requisitos del programa.

La rejilla estructural permite una extensión eficiente de las plazas del aparcamiento al tiempo que crea luces óptimas para un edificio comercial. 

Una gran y destacada geometría pura atrae al visitante, en ángulo de 45 grados con el resto del edificio y de cara a la calle principal. El resto del programa emerge alrededor del cubo, lo abraza en un plano secundario, dejando que sea el gesto principal del edificio. 

El volumen conseguido es muy puro y claro, y separa escultóricamente los diferentes programas del edificio con un lenguaje cubista. 

Los tres volúmenes adquieren distintos lenguajes de fachada que protegen de manera diferente pero eficiente el interior de la luz solar más agresiva, contribuyendo al ahorro energético.