Este proyecto de casa unifamiliar de 280 metros cuadrados requería un equilibrio entre costo y excelencia visual. Para lograrlo, se implementaron sistemas constructivos muy simples y convencionales, así como materiales de construcción locales. Tomando como punto de partida una estructura regular de hormigón, se construyen muros de bloque de hormigón para crear continuidad con las losas. De esta manera, una fuerte cinta de hormigón atraviesa y envuelve el espacio. A diferencia de la franja de hormigón, los acabados cerámicos locales con diferentes tonalidades generan un código de barras multicromático que aligera la composición y disimula los pilares necesarios.